"El que avisa no es traidor"
Así empezamos
hoy Campurrianos, resumiendo en pocas palabras lo que nuestro querido
compañero "Square" avisaba en Wikiloc, concretamente nos decía:
"La
Cabrera: Ruta espectacular por la sierra norte de Madrid, senderos muy
buenos, cuidado con los desniveles, que al final podemos pagarlo, quizás
sea recomendable empezar desde otro punto para que el final sea
descenso ya que según esté el terreno se puede pagar el esfuerzo."
Y
una vez más el arte de leer y escuchar no estuvo dentro de nuestras
habilidades. Sólo nuestro reciente nuevo Campurriano Rubén, hizo caso a
parte de la advertencia, llevándonos a una zona diferente de salida,
Cabanillas de La Sierra, población en fiestas que amanecía desolada por
la resaca de la mañana.
Y de resaca alguno de nosotros
también algo sabía, ya que el Jack Daniel desde por la mañana a golpe de
eructo le repetía. Y no fue el único que ayer no hizo los deberes, ya
que alguien no cenó bien y a lo largo de la ruta a golpe de gases a
todos los demás nos espantaría.
Daba lo mismo,
perezosos, tímidos y con pocas ganas de fiesta iniciábamos la ruta, en
busca de aventura, pensando que hoy nos íbamos de paseo a dar un pirulo
por la Sierra Madrileña.
Y que poquito tardamos en
darnos cuenta de que nuestra telemetría estaba fallando, de que nuestras
previsiones no eran ciertas. Balsas de arena nos despertaron,
comenzaron a ponernos la zancadilla, a exigirnos desde el primer momento
del día.
Y es que tuvimos de todo y mucho: Subidas
infinitas, bajadas infernales, senderos, llaneos repletos de arena,
terreno suelto y compacto, ¡piedras del tamaño de un planeta!
Y
ese mucho ha quedado filmado para siempre, ya que Rubén hoy ¡estrenaba
cornamenta! Su nueva cámara de video con la que estoy seguro quedarán
reflejados para siempre recuerdos imborrables.
En cuanto
al entorno, ya sabéis que La Cabrera se recuesta sobre la pequeña, pero
altiva, “cordillera” granítica que forma su magnífico respaldo natural,
aperitivo de las vecinas Somosierra y Guadarrama. Macizo granítico de
origen paleozoico, configura la primera impresión visual que se tiene
desde la carretera de Madrid a Burgos, muy definida por las formas
características de sus cumbres, muy similares a las de la vecina
Pedriza. Picos como el Cancho Gordo, el popular Pico de la Miel y el
Cordel del Cerro de la Cabeza, dan una prestancia especial a esta
sierra, siendo un lugar privilegiado para la práctica de la escalada y
como no, al MTB por todo su entorno.
En cuanto a la
naturaleza, a estas alturas ya nadie duda lo que allí se nos ha
mostrado, dentro de esos paisajes autóctonos, la fauna nos ha
acompañado de principio a fin. Nos han rodeado vacas, nos han saltado
conejos, nos han bailado corzos, nos ha zumbado un campo de abejas,
hasta una víbora de metro y algo se ha enroscado, elevado y siseado
amenazante.
¡Y nada nos ha podido parar! ni la inocencia
de nuestra consideración de la ruta, ni las innumerables puertas que
hemos tenido que abrir, ni el rajazo en la rueda tubelizada de Pitxi, ni
la inactividad de Rubén, ni el calor que al final casi nos tuesta. Hoy
hemos apretado los dientes y hemos vuelto todos a ritmo, con fuerza, con
ganas de probarnos, de ver quien anda, de saber quien aguanta el
embite. ¡Hoy hemos sido felices y Campurrianos!, pedaleando juntos,
descubriendo una vez más un paraíso cercano, disfrutando de todo lo que
allí se nos presentaba y sufriendo una ruta que nuestro amigo de Wikiloc
describía con rigor y del que siempre podremos recordar que el que
avisa no es traidor.
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