jueves, 11 de diciembre de 2014

Ruta Atazar 6-12-14



Heroes just for one day! (Héroes solo por un día)

Allá vamos Campurrianos, pon el volumen alto y haz clic en el siguiente enlace y escucha la canción entera :http://youtu.be/Tgcc5V9Hu3g 

Así quiero empezar a comentar la que creo ha podido ser la última gran salida del año 2.014, nuestra vuelta al Atazar. 

Y no es que David Bowie sea de mis artistas preferidos y tampoco su canción tenga mucho que ver con el significado general de la ruta. Pero si me encanta y me pone los pelos de punta su estribillo el cual recita: Héroes solo por un día.

Y es que es así como puede sentirse la avanzadilla Campurriana que se congregó el 06 de Diciembre de este año, desoyendo a las previsiones meteorológicas, apostando por la aventura fruto del recuerdo de una ruta que también realizamos el año pasado.

Y como del pasado no se vive, en el Atazar volvimos a sentirnos vivos escribiendo una nueva hoja dorada en la historia Campurriana.

Historia que comenzó pronto en la mañana en un pueblo desolado, arrecido por el frío y por un viento que con una fuerza descomunal nos amenazaba y quebraba en dos.

Y sin dos dedos de frente avanzamos hacia la boca del lobo, desactivando el sentido de la lógica, aquella que nos decía segundo a segundo no avancéis más hacia esas nubes, no cojáis altitud hacia esos picos nevados, no sigáis por este camino que no podréis abandonar hasta terminar la ruta. 

Ruta que no dio esperanzas a la mediocridad, que no permitió ni un minuto de flaqueza ya que en el primer suspiro comenzamos a escalar el primer gran pico de la jornada, ni más ni menos que 13 kilómetros de subida,950 metros de acumulado positivo, casi dos horas de subida sobre un tupido lecho de nieve cerrada, resbaladiza, helada que no permitía ni un segundo de despiste, de falta de concentración sino querías aterrizar sobre una superficie punzante por las piedras. 

Menuda tortura! A menos dos grados con un frío de pelar, respirando nieve, con rachas de aire que te movían la bici de lado y que multiplicaban por tres la sensación térmica, con mil metros de ascenso positivo sobre superficie deslizante, sin que funcionaran los cambios, sin que te pudieras poner las calas porque se congelaban, así avanzamos por las típicas zetas de la montaña suplicando que la siguiente curva fuese la última, donde encontrar el descanso a tal prueba de esfuerzo y resistencia.

Resistencia que casi nos obliga a abandonar cuando peor estaba todo, cuando el sufrimiento comenzaba a ponernos en jaque. Pero es que no pudimos abandonar porque la ruta era circular y no había forma de recuperar el punto de inicio si no volvíamos por el infierno a nuestras espaldas o sino continuábamos por los 27 kilómetros restantes.

Y como en este equipo solo se resta cuando alguien no quiere sumar, ayer fuimos Campurrianos, juntos como una galleta, auxiliando a los que no podían más con el frío, compartiendo ropa, apoyando a los que el esfuerzo hizo mella, ayudando a los que tuvieron problemas en su montura, esperando en cada curva a los que íbamos atrás.

Y es que nada nos pudo parar! Ni el clima infernal, ni los 51 kilómetros, ni los 1.550 de acumulado, ni el terreno resbaladizo o los torrentes de agua, ni la fatiga, ni las averías. 

Ayer fuimos felices y Campurrianos, conectando con la naturaleza, disfrutando de paisajes inolvidables, aportando nuestro granito de arena a una amistad que se forja no desde la distancia, desde el Wasap, sino día a día en el fragor de la batalla, pedalada a pedalada, kilómetro a kilómetro, alejados del sillón, de la modorra, de las justificaciones y apostando siempre por salir de nuestra comodidad para compartir la aventura en buena compañía, sin miedo a quedar rezagado con una maquinaria que siempre estará ahí para tender su mano y ponernos a su rueda cada domingo por la mañana.

Ruedas que dejamos aparcadas en el Atazar, para ir ansiosos a por nuestra merecida recompensa, nuestro almuerzo bajo en calorías que nos supo a gloria, a la gloria que solo pudieron alcanzar los Campurrianos que ayer se sintieron en el Atazar Héroes por un día.

Quiero aprovechar esta crónica y este momento del año para dar las gracias a todos por este año  tan maravilloso y muy en especial a Iván y Pascual por haberme dado la oportunidad de acompañaros en este mi primer año como Campurriano.  Es increíble que sin dinero y con muy poquita ayuda estéis consiguiendo desarrollar este equipo. Me siento muy afortunado y orgulloso de llevar una galleta tatuada en el hombro. Espero rodar juntos muchos años más bajo vuestra impecable tutela.


















No hay comentarios:

Publicar un comentario