Este fin de semana hemos
hecho las maletas y nos hemos desplazado a Patones, zona endurera por
excelencia donde los más atrevidos ¨descender¨ de nuestro equipo han podido
disfrutar de lo lindo. Además se nos han unido tres nuevos amigos que nos han
añadido una gota de frescura a nuestra imponente mañana.
Añadir que la ruta en a
penas 15 kilómetros se nos ha puesto en 850 de acumulado, señal inequívoca de
la dureza del recorrido.
Un pinchazo, rampas de subida del 26 %, desnivel máximo de bajada del 40 %, un par de
caídas tontas, una Gopro con corsé estrenada y mucha diversión. Volveremos
pronto con mayor aportación Campurriana.
Para finalizar, un menú
calórico de tapeo con las inevitables jarras de cerveza a la que algún
espabilado añadió un café cortado con crema de orujo.
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