Buen rollo y nada más.
Allá vamos Campurrianos, así comenzamos a describir nuestra salida de hoy en la marcha invernal de Orusco de Tajuña.
Y es que los Jabatos deben saber bien, cuál es el efecto
que generan en cada una de sus marchas. Porque es increíble, ya que sea
como fuere, con tiempo infernal, lluvia, viento, con aire lateral y de
cara, con un barrizal que hacía del terreno lo menos idóneo para la
práctica del ciclismo y en plena perezosa cuesta de Enero, da igual,
ellos consiguen congregar a más de mil personas deseosas de compartir un
espíritu, una emoción tan propia del deporte, tan habitual en el
ciclismo, tan perseguida en la vida, la felicidad.
Y es que la atmósfera que crean en Orusco de Tajuña, es
contagiosa, envuelve, te recibe y te invita a disfrutar de una mañana
inolvidable.
Y de invitar esta gente bien sabe. Nos reciben con un
caldito caliente, con una sonrisa en las inscripciones, con el ánimo
arriba de la música bien alta en su plaza y con todo el calor de la leña
quemándose, que hoy parecía bajo la lluvia, pólvora mojada.
Y de pólvora mojada hoy nuestro equipo tenía cada bici
plagada, ya que por fin, se abandonaron ansias de superación, actitudes
competitivas; visiones reinantes en nuestro deporte y predominantes en
nuestro equipo últimamente.
Y qué bonito ha sido hoy poder disfrutar, de aquello que un
día puso la semilla de este grupo de personas, la amistad sobre las dos
ruedas, la complicidad en la búsqueda de un buen rato cada Domingo, la
visión compartida de que cada fin de semana, el Domingo serviría para
olvidar el estrés de la semana, las obligaciones del día a día, las
penas y sombras de nuestra existencia.
Y es que hoy nos juntamos más de diez, convencidos de que
no importaban las monturas, los diámetros de la rueda, el carbono vs
aluminio, el strava, el peso, las medias y las enteras. Hoy solo valía
disfrutar de la buena compañía, de las risas que nos provocaron rodar en
filas de a dos, del bienestar que ofrece el compartir una pasión, sin
importar que el de al lado no pueda con su alma y necesite apoyo para
avanzar.
Y como avanzar a veces no es ir hacia delante, hoy
recordamos lo que hace mucho tiempo siempre hacíamos, actualizando
nuestras vidas a golpe de pedalada, cambiando de compañero al libre
albedrío, sin importar quién se acercaba a preguntarte, cómo te iban las
cosas, cómo estaba tu familia o qué fue de aquello que hace algún
tiempo te preocupaba.
Y es que hoy la única preocupación que tenía el equipo, era
empezar y acabar juntos y así, unidos y al ritmo del menos agraciado,
entre risas, cánticos de ánimo a los más apalancados, conseguimos entrar
de nuevo en la maravillosa atmósfera de Orusco de Tajuña.
Y es que hoy en Orusco, nos dio además tiempo a saludar a
nuestros amigos de otros equipos, a pedalear con nuevas futuras
incorporaciones del equipo, a bebernos todo aquello que nos daban. Y es
que entre huevos y un sin fin de cervezas, las risas no pararon, las
bromas no cesaron. Nos dio tiempo hasta presenciar, como la suerte
estuvo del lado de uno de los integrantes del equipo en el sorteo de
regalos.
Y es que lo que hoy ha sido un regalo, es poder recordar,
que la bicicleta es solo la herramienta con la que salir a la montaña a
disfrutar del deporte, la naturaleza, del buen rollo y nada más.
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