En esta ocasión, el equipo se desplazó hasta la localidad de
Galápagos, tierras de Guadalajara, donde se celebró su marcha cicloturista
anual.
Ni siquiera nuestras galletas Campurrianas preferidas, pudieron quitarnos el gran sabor agridulce de la jornada, ya que a pesar que la
mañana fue muy placentera, nos juntamos unos cuantos y donde lo más meritorio
fue que conseguimos ir en grupeta la gran parte del equipo, a pesar de todo
esto, fuimos testigos de un accidente que aún hoy no nos deja dormir
tranquilos. Desde aquí queremos dar ánimos y mandar todas las fuerzas al
accidentado del Club Ciclo Room de El Casar. Mostramos toda nuestra disposición
para ayudar de la manera que sea. Esperamos que tras la operación y con la rehabilitación,
pronto comience a recuperarse.
Pocas palabras más, ya que repetimos que el accidente
eclipsa una mañana de reencuentros, buen humor y excelente compañía.
Para terminar y para todo aquel ciclista que nos siga en el
blog, lanzamos una reflexión. A parte de la persona que estaba implicada en el
accidente y que estaba asistiendo al accidentado, fuimos (creemos) el único grupo de personas que se
quedó para señalizar y mostrar nuestro apoyo a los heridos, hasta que llegó el
coche de la organización. Probablemente, hubo también personas que pasarían antes sin equipo que también se interesaron, no lo dudamos y queremos pensar que fue así. No obstante, para aquellos que no lo hicieron y como reflexión general que también realizamos sobre nosotros mismos, pensamos que si vemos a alguien tumbado en el suelo
sin poder moverse, es de recibo quedarse hasta que la organización de un evento
te indique que ya no es necesaria tu presencia. Pensad que mañana puedes ser tu
el que necesite ayuda. No perdamos nunca la bondad, el respeto y el compañerismo
tan necesario y presente en nuestro deporte preferido.
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