miércoles, 1 de octubre de 2014

Talajara 28/09/2014 - 80km / 125km


Talajara es ¡como la vida misma!

Allá vamos Campurrianos, 3 días después y medio recuperados de la machada, comenzamos a contar como fue el desafío del Talajara en Talavera de la reina.

Y es que uno queda abrumado de la conquista realizada, aún sin digerir, como la gran cita del año que ya forma parte de nuestro museo particular del recuerdo.

Y es que Talajara ha sido para nosotros como aquella mítica ola para los surferos y Hawaianos llamada "Gran Kahuna". De hecho, a la sensación de diversión sobre una ola los hawaianos le llamaban el espíritu del gran kahuna. Para nosotros a partir de ahora podría ser" El espíritu del Talajara".

Y de espíritu este deporte sabe algo. Indomables, aventureros, valientes y entregados, así nuestro espíritu se concentró para superar el pasado Domingo todas las zancadillas, pruebas y barbaridades que nos tenía preparada la marcha Manchega.

Y es que no pueden estar equivocadas 4.100personas que aún diluviando se concentraron pronto en la mañana para discutir la sensatez al ser humano, cordura que debería haber aconsejado a todos nosotros el quedarnos en casa descansando y escapando del torrente de lluvia y barrizal de toda la etapa matinal.

Etapa que comenzó sin dar lugar al respiro con una lluvia que nos obligo a ponernos el chubasquero a la primera de cambio y donde ya comenzaban a quebrarse nuestras monturas dando los primeros problemas de transmisión.

Y así continuamos, lanzándonos sobre los primeros 40 kilómetros de llaneos, inofensivos, preparatorios, aún donde reinaban las conversaciones entre todos los participantes, aún sonrientes, socarrones, compartiendo la broma de que nadie se podía quejar por aquello que se sabía de antemano y por lo que además ¡habíamos pagado!.

Y así, hipnotizados por el sonido de la cadencia en el pedaleo que no paraba de sonar a la par que se evaporaban los primeros kilómetros tuvimos uno de esos momentos mágicos, inolvidables, que de vez en cuando y fugazmente nos regala este deporte: de repente al menos 9 Muflones se cruzaron a toda mecha por nuestro camino ladera abajo en grupos de 2 y de 3. Fueron segundos fulgurantes que nos obligaron a frenar completamente por el altísimo riesgo de que uno de estos animales nos llevara por delante con el consiguiente accidente, incluso mortal me atrevería a decir.  

Y de nuevo sobre nuestras monturas continuamos hasta el primer avituallamiento lugar donde comenzamos el festín de calorías y complementos necesarios para nutrir nuestro cuerpo castigado por el esfuerzo mañanero. Mañana llena de sorpresas ya que en este punto además de fotógrafos que inmortalizaban la prueba nos armonizaba y nos acogía una orquesta al aire libre.

Y así continuamos, energetizados,  echando de menos a uno de los nuestros que se había perdido entre tanto biker y alienándonos en una flecha abordando los siguientes kilómetros en llano acompañados por el Club MTB Loeches, con los que hicimos un pelotón que volaba a 28-30 km de media y al que muchos intentaron unirse quedando descolgados por el esfuerzo. 

Esfuerzo que no nos acomplejaba, que con concentración y valentía pudimos afrontar entre túneles, por falsos llanos, por rectas interminables.

Y de esta manera, con confianza llegamos al kilómetro 78, allá donde el camino de las baldosas amarillas finalizaba, allí donde la fase de calentamiento se acabó, allá donde la fiesta comenzaba de verdad.

Y así, ya todos juntos y como la vida misma, el espíritu del Talajara nos envolvía, nos llamaba a la batalla, nos convocaba a las siguientes rampas que comenzarían a desarrollar la selección natural entre los bikers que allí estaban congregados y allí donde solo unos pocos Campurrianos (no pasa nada Iván, otro año lo intentas y ya verás como puedes :D) pudieron subir las rampas más duras del día.

Día que continuó descolgado en cuanto al grupo ya que el llaneo siguiente nos animó a apretar los dientes, a diferenciar el ritmo, a probarnos por primera vez en el día, a  separarnos en busca de fiesta por charcos olímpicos imposibles de vadear y allí donde la ruta larga se juntó con la corta. Y por allí  la ruta tuvo un momento de esos tan cómicos como Campurriano. Nuestro querido compañero de fatigas Rubén, hizo una de esas monerías tan propias de su personalidad, desafiando a todos los bikers que se bajaban de sus monturas en un soberano escalón. Y así, cogiendo distancia, pausado y mirando al tendido cual torero dedicando la faena al público de la maestranza, inicio el descenso para clavar la cornamenta para delirio de los que estabamos allí presentes, unas 150personas nada más. 

Y es que no penséis que el día tuvo solo estos pequeños detalles de desconcierto. El señor Pitxi parece ser que tenía apetito, que no repuso bien energías, ya que dando pedales y mirando su GPS se comió un coche aparcado para las risas de todos los que allí estábamos acompañándolo. 

Y es que esta ruta tuvo de todo, grandes descensos, infinitos llaneos, barro para dar y regalar, piedras resbaladizas, subidas del 20 %, pinchazos, problemas con todas nuestras transmisiones, agotamiento y fatiga por tanto kilómetro, migas, fotos, reencuentros, saludos y bromas....

Y nada nos pudo parar! Como siempre Felices y Campurrianos continuamos juntos hasta la meta, motivados, acariciando los últimos metros para entrar 4 jinetes al mismo tiempo, por el mismo lugar donde Iván bien acompañado había marcado el camino y por allí donde nuestros queridos compañeros de la ruta "corta" de 80 kilómetros terminaron juntos la misma hazaña, la misma machada.

Y es que me apetece mucho parafrasear a un periodista que tan bien describió esta marcha, definiendo la carrera como una sucesión de momentos buenos y malos, altibajos, caídas, rompepiernas, con final feliz, eso si, siempre, la entrada en meta que hay que vivir y disfrutar cuando se ha pasado tan bien o tan mal, por lo que puedo concluir sin dudar que Talajara2.014 ha sido, es y será como la vida misma! 


 
 







































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