Talajara es ¡como la vida misma!
Allá vamos Campurrianos, 3 días después y medio
recuperados de la machada, comenzamos a contar como fue el desafío del
Talajara en Talavera de la reina.
Y es que uno queda abrumado de la conquista
realizada, aún sin digerir, como la gran cita del año que ya forma parte de
nuestro museo particular del recuerdo.
Y es que Talajara ha sido para nosotros
como aquella mítica ola para los surferos y Hawaianos llamada "Gran
Kahuna". De hecho, a la sensación de diversión sobre una ola los hawaianos le llamaban “el espíritu del gran kahuna”. Para
nosotros a partir de ahora podría ser" El espíritu del Talajara".
Y de espíritu este deporte sabe algo.
Indomables, aventureros, valientes y entregados, así nuestro espíritu se
concentró para superar el pasado Domingo todas las zancadillas, pruebas y
barbaridades que nos tenía preparada la marcha Manchega.
Y es que no pueden estar
equivocadas 4.100personas que aún diluviando se concentraron pronto en la mañana para discutir la
sensatez al ser humano, cordura que debería haber aconsejado a todos nosotros
el quedarnos en casa descansando y escapando del torrente de lluvia y barrizal
de toda la etapa matinal.
Etapa que comenzó sin dar lugar al respiro con una
lluvia que nos obligo a ponernos el chubasquero a la primera de cambio y donde
ya comenzaban a quebrarse nuestras monturas dando los primeros problemas de
transmisión.
Y así continuamos, lanzándonos sobre
los primeros 40 kilómetros de llaneos, inofensivos, preparatorios, aún donde
reinaban las conversaciones entre todos los participantes, aún sonrientes,
socarrones, compartiendo la broma de que nadie se podía quejar por aquello que se sabía de antemano
y por lo que además ¡habíamos pagado!.
Y así, hipnotizados por el sonido de la
cadencia en el pedaleo que no paraba de sonar a la par que se evaporaban los
primeros kilómetros tuvimos uno de esos momentos mágicos, inolvidables, que de vez en
cuando y fugazmente nos regala este deporte: de repente al menos 9 Muflones se
cruzaron a toda mecha por nuestro camino ladera abajo en grupos de 2 y de 3.
Fueron segundos fulgurantes que nos obligaron a frenar completamente por el altísimo riesgo
de que uno de estos animales nos llevara por delante con el consiguiente
accidente, incluso mortal me atrevería a decir.
Y de nuevo sobre nuestras monturas
continuamos hasta el primer avituallamiento lugar donde comenzamos el festín de calorías y
complementos necesarios para nutrir nuestro cuerpo castigado por el esfuerzo
mañanero. Mañana llena de sorpresas ya que en este punto además de fotógrafos que
inmortalizaban la prueba nos armonizaba y nos acogía una orquesta al aire libre.
Y así continuamos, energetizados,
echando de menos a uno de los nuestros que se había perdido entre tanto biker y alienándonos en una
flecha abordando los siguientes kilómetros en llano acompañados por el Club MTB Loeches, con los que
hicimos un pelotón que volaba a 28-30 km de media y al que muchos
intentaron unirse quedando descolgados por el esfuerzo.
Esfuerzo que no nos acomplejaba, que con
concentración y valentía pudimos afrontar entre túneles, por falsos llanos, por rectas interminables.
Y de esta manera, con confianza llegamos al
kilómetro 78, allá donde el camino de las baldosas amarillas finalizaba, allí donde la
fase de calentamiento se acabó, allá donde la fiesta comenzaba de verdad.
Y así, ya todos juntos y como la vida
misma, el espíritu del Talajara nos envolvía, nos llamaba a la batalla, nos
convocaba a las siguientes rampas que comenzarían a desarrollar la selección natural
entre los bikers que allí estaban congregados y allí donde solo unos pocos Campurrianos (no pasa nada Iván, otro año
lo intentas y ya verás como puedes :D) pudieron subir las rampas más duras del día.
Día que continuó descolgado en cuanto al grupo ya que el llaneo siguiente nos animó a apretar
los dientes, a diferenciar el ritmo, a probarnos por primera vez en el día, a
separarnos en busca de fiesta por charcos olímpicos imposibles de vadear y allí donde la
ruta larga se juntó con la corta. Y por allí la ruta tuvo un momento de esos tan cómicos como Campurriano. Nuestro
querido compañero de fatigas Rubén, hizo una de esas monerías tan propias de su personalidad, desafiando a todos los bikers que
se bajaban de sus monturas en un soberano escalón. Y así, cogiendo distancia, pausado y
mirando al tendido cual torero dedicando la faena al público de la maestranza, inicio el
descenso para clavar la cornamenta para delirio de los que estabamos allí presentes,
unas 150personas nada más.
Y es que no penséis que el día tuvo solo estos pequeños detalles
de desconcierto. El señor Pitxi parece ser que tenía apetito, que no repuso bien energías, ya que
dando pedales y mirando su GPS se comió un coche aparcado para las risas de todos los que allí estábamos acompañándolo.
Y es que esta ruta tuvo de todo, grandes
descensos, infinitos llaneos, barro para dar y regalar, piedras resbaladizas,
subidas del 20 %, pinchazos, problemas con todas nuestras transmisiones,
agotamiento y fatiga por tanto kilómetro, migas, fotos, reencuentros, saludos y bromas....
Y nada nos pudo parar! Como siempre Felices
y Campurrianos continuamos juntos hasta la meta, motivados, acariciando los últimos metros
para entrar 4 jinetes al mismo tiempo, por el mismo lugar donde Iván bien acompañado
había marcado el camino y por allí donde nuestros queridos compañeros
de la ruta "corta" de 80 kilómetros terminaron juntos la misma hazaña, la misma machada.
Y es que me apetece mucho parafrasear a un
periodista que tan bien describió esta marcha, definiendo la carrera como una sucesión de momentos
buenos y malos, altibajos, caídas, rompepiernas, con final feliz, eso si, siempre, la entrada en
meta que hay que vivir y disfrutar cuando se ha pasado tan bien o tan mal, por
lo que puedo concluir sin dudar que Talajara2.014 ha sido, es y será como la vida
misma!
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